sábado, 27 de septiembre de 2014

Yo no tengo la culpa.

Que días más extraños. 
Una vez me hice este blog, con apenas 14 años, para contarle al mundo que estaba enamorada. Ahora que ha pasado el tiempo, me doy cuenta de que no era amor. Era lo que  sienten las niñas cuando alguien les dice todo lo que quieren oír. 
Con el paso del tiempo perdí un amigo. Nunca supe por qué, pero nunca le guardé rencor. Te conoció, se enamoró y fuisteis felices. Pero yo nunca quise distanciarme, le apreciaba. Pasamos de ser inseparables a ser desconocidos. Pasó de ser una de las personas con las que hablaba a diario a no ser nadie. Mientras tanto, vosotros teníais la oportunidad de vivir días y días juntos. 
Con el paso del tiempo, nuevas amistades fueron surgiendo, y una persona en común: él. De nuevo volví a rogarle al destino que me devolviese los años de amistad que se habían esfumado. Pero no servía de nada. Dolía, dolía haber sido su paño de lagrimas tantos años, si al final no había recibido nada a cambio. Solo me quedaba recordar y reírme, reírme de aquella niña de 14 años y de la mujer que surgió tras ella. La que aprendió a querer cuando conoció a sus primeros amores. Reconozco que abuse de las burlas, pero te aseguro que ninguna fue hecha con maldad, porque le seguía teniendo cariño. Te dolía a ti, pero a él no, porque sabía que yo jamás podría hacerle daño.

Y ahora, de repente, después de tantos años, volvemos a estar en contacto. Y me cuenta que te ha abandonado. Ha dicho adiós a la única persona que me ha odiado sin ni siquiera conocerme, la única persona a la que le hizo daño que alguna vez él y yo fuésemos grandes amigos. Pero tú le querías de verdad, y solo por eso me siento mal. Por lo demás, me alegro. No, no estoy siendo cruel. Ha vuelto mi amigo, ha vuelto porque ha querido, nadie le ha obligado. Y le he perdonado, por supuesto. Lo eché de menos muchas veces. Me acordé de él cuando las cosas no iban bien. Le intenté odiar, pero no pude. Por eso me alegro, porque aunque hayan pasado tantos años, seguimos recordando que fuimos buenos amigos. Aunque hayan pasado tantos años y hayas intentado meter mierda entre él y yo, sigue confiando en mi. Eso es lo único que me deja tranquila. Eso y saber que jamás intenté separaros.  

A veces confundimos la amistad con el amor, a veces nos arriesgamos innecesariamente y luego no sabemos como volver hacia atrás. Pero en muy pocas ocasiones tienes la oportunidad de corregir lo que hiciste cuando eras niña. Y sí, quiero darte un consejo: nunca intentes hacer feliz a alguien arrebatándole a las personas que quiere, nunca permitas que los celos te transformen. Él siempre fue mi amigo, y lo seguirá siendo.

jueves, 31 de julio de 2014

Hasta siempre.

Hoy es un día muy triste para mí, por ello voy a hacer un paréntesis enorme en lo que este blog significa porque no me lo quiero quedar dentro. Han cancelado la serie Ciega a Citas. Vaya tontería, ¿no? Pues estoy muy dolida.

Hace ya unos cuantos meses, cuando atravesaba una de las etapas más duras de segundo de bachillerato (no es moco de pavo, cuidado), anunciaban en televisión una serie; una serie donde el periodismo y una chica juzgada por su  físico, incapaz de encontrar el amor, era la protagonista. Sí, me sentí tan identificada que dije: esto tengo que verlo. Y me enganché. El único rato libre entre clases y apuntes lo empleaba en tumbarme frente al televisor para reírme con los trabajadores de MorninGlory y sus desgracias.
Les cogí cariño a los personajes, aprecié el trabajo de todo el equipo, interactué con algunos actores por twitter... Igual volvéis a pensar que es una gilipollez, pero a mí me daba vida. No sé, no podía salir por las tardes por los malditos exámenes, pero mis ratitos de Ciega a Citas nadie podía quitármelos. Llegó un punto en que mi madre me avisaba con un: Laura, ha empezado TU SERIE, ¿no la vas a ver? Y a ello le seguía mi spring desde el escritorio hasta el sofá. Era como una rutina, y siempre me quedaba con ganas de otro capítulo. Es que hasta los lunes me parecían maravillosos pensando en lo que podía pasarle a Lucía en su nueva cita. Con la llegada del verano, le fui un poco infiel. Había días que no estaba en casa cuando se emitía, pero por las noches y gracias a MiTele, me ponía al día.



Siempre he apoyado la cultura de nuestro país, sobre todo en música, cine y televisión. Está claro que existen cosas como Sálvame o Kiko Rivera, pero también directores como Emilio Martínez-Lázaro (8 Apellidos Vascos), cantautores como Zahara y grandes series como Ciega a Citas. Por ello, me duele que por un capricho de los jefes de la cadena (léase aquí Mierdaset, tampoco voy a censurar a estas alturas) y por sus constantes cambios de programación (porque a mí no me engañan, la cifra de audiencia ha sido muy positiva estos meses), tengamos que decir adiós de la pequeña pantalla a grandes actores como Teresa, Octavi, Alex Gadea, Ramón, Nico, Marta, Rebeca, Elena, Luis Fernando, Belinda, Joaquín, Arantxa, Miguel, Rubén, Alex Hernández, Jorge, Miguel, Carlos Manuel (como odio a su personaje), Luis, Adriana y demás profesionales que se han unido a lo largo de estos 100 capítulos. Me duele que todo el equipo que ha trabajado duro detrás de las cámaras en este proyecto redactado por Verónica Fernández tenga que despedirse tan pronto. Porque el esfuerzo que conlleva rodar una serie diaria es de admirar, y más cuando gusta y tiene un gran público detrás.



Me va a costar un poco adaptarme a que, a partir de septiembre, no estén ahí en la pantalla ni Lucía con sus dramas acudiendo a Riquelme, ni Lolo y Miguel con sus discusiones, ni Rodrigo intentando hacer feliz a Irene, ni Sergio escribiendo su novela, ni Natalia obedeciendo a Don Pablo, ni la gran Maruchi haciendo ejercicio en el parque con Piluca, ni Ángel demostrando su talento culinario, ni Zabaleta sobreviviendo al caos que hay en su familia, ni Simón y Kris con sus batallitas, ni Carlos con sus ligues acatando los consejos de Pepe, ni Morcillo peloteando a todo el personal... Me va a costar mucho. Pero si algo tengo claro es que esta serie me ha marcado. Y podéis volver a pensar que realmente estoy loca, pero me hacen sonreír, y para mí, eso es lo más importante. Ha sido un placer formar parte de esa fiel audiencia, esa que ha salido contenta de todo esto. Ojalá volver a veros pronto con nuevos proyectos.



GRACIAS.

martes, 29 de julio de 2014

Ella y él.


"Allí estaba ella, con sus mejores galas y su perfume nuevo.
Allí estaba él, como el domingo pasado y sin apenas beber.
No había miradas. No había sonrisas. No había nada.
Que lo que un día les hizo gritar ahora les asfixia.
Que solo existe el silencio incomodo y jugar al despiste.
Como si todo se hubiese esfumado, como si nada hubiese ocurrido.
Se comportan como extraños, morirán sin volver a rozar sus labios.
Allí estaba ella, pensando en como acercarse a él.
Allí estaba él, pensando en como encontrarse con ella".



sábado, 7 de junio de 2014

Fin.

Sí, sigo aquí. No, no me llames. Ni me mires. Ni te esfuerces.
¿Por qué? No me apetece. Dejé de pensar. Y de sentir. Casi de existir. Evito miradas, pero me hago notar. Piso fuerte. Doy un paso. Provoco que notes mi presencia.
¿A dónde se marcharon tus ganas? No importa, ya las mías no existen. Ni tu recuerdo. Vacío. Ausencia.

Todas las historias tienen final, triste o feliz, no importa. Hasta tu vida y la mía tienen los días contados. Un punto sin otro párrafo debajo. Necesito el de esto. No hubo último beso. A ti te dio igual. Yo lo entenderé algún día.

Cuando las canas se abran paso en mi cabello y me pregunten por mi primer amor, por la primera vez que quise a alguien de verdad; hablaré de ti. Aunque nunca lo hayas merecido.




martes, 4 de febrero de 2014

Alone.

Es difícil volver a ser la de antes. Me cuesta dar dos pasos y no mirarte, cruzarme contigo y no sonreír.
Es difícil adaptarse. Cuando el pasado llama a la puerta y me aprisionan los recuerdos, me vuelve a herir.
Es difícil  hacerme a la idea de que ya no necesitas que te acaricie, no necesitas que te bese por instantes. Como un cobarde acabaste dejándome fría, sin saber como seguir.
Es difícil limpiarse las lágrimas recordando que aun queda camino por delante. Te llevaste contigo la mitad de mi felicidad, aun así me niego a sufrir.










Otro San Valentín cargado de decepciones. Y los que quedan.

viernes, 29 de noviembre de 2013

I miss you.

¿Cuándo encontraremos un hueco para nosotros? ¿Qué hago con todas estas ganas que te tengo?
Últimamente solo me hago preguntas, preguntas que nadie me responde. Ni siquiera tú.
Y entonces aparece el miedo, el miedo a perder lo que hemos ido construyendo. Miedo a que, de repente, todo se derrumbe, como una torre de naipes a la que el viento le sopla con fuerza. Pero, sobre todo, miedo a que esto ya no signifique nada para ti.
¿Qué se supone que debo hacer? ¿Cuánto te importo?
El tiempo seguirá avanzando, y lo nuestro seguirá esperando.
Preguntas, últimamente solo me hago preguntas.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Arriésgate.

¿Cuántas veces te has arriesgado? ¿Cuántas veces te has atrevido a hacer lo que realmente quieres sin importarte lo que pueda suceder mañana? ¿Cuántas veces te has dejado llevar por tu corazón? ¿Cuántas veces? Si el destino lo pone en tu camino, si los planetas se alinean para que suceda, no tengas miedo. No temas a que algo salga mal, no temas a equivocarte; la vida es una cadena de momentos. Más vale arrepentirse de algo que has hecho, que de algo que te negaste a vivir. Solo importa el presente, y ser feliz.